Este proceso de lograr sabiduría esta descrito en condiciones impresionantes en la obra”Hayye Ha Nefes” de Abraham Shemuel ben Abulafia autor de la Kabbalah Nevu”it (yavn, extática, profética). Abulafia escribió manuales de contemplación y meditación donde involucra el uso de letras y palabras hebreas para conseguir estados de éxtasis. El Rabbi Aryeh Kaplan, expresa que estas técnicas son una parte muy importante de la obra del Rabbi Jain Vital y a su vez del Rabbi Isaac Luria. La teoría mística de Abulafia es una búsqueda del éxtasis y la inspiración profética, basada en la contemplación y meditación. Su objetivo como el mismo lo dice, es quitar los sellos del Alma, “desatar los nudos que atan”. Todas las fuerzas internas y las Almas ocultas en el hombre se distribuyen en órganos diferenciados. Esta, sin embargo, en su naturaleza, que cuando se disuelven los “nudos” vuelven a su origen que no es la dualidad, sino la Unidad. La unión por así decirlo, el retorno de la multiplicidad a la unidad original.Dejando una huella indeleble en el paisaje del mañana.

«Abulafia dice que el Alma esta sellada».

Este proceso de la gran liberación mística del Alma, de las ataduras sensoriales, los “nudos” de fusión, también ocurre en el Budismo del Norte.
Para Abulafia este símbolo significa que hay límites y barreras que separan a la existencia personal del Alma del flujo de la “vida cósmica” según él, personificada en el “Intellecto Agens” que está presente en toda la creación. Esta barrera y estos límites que permiten que el Alma quede confinada y que sea protegida contra el avasallamiento o la dilución del “poder divino” que fluye por debajo y alrededor; esta barrera también se define como una independencia divina, pero que también excluye el Alma de la adquisición de conocimiento o conciencia de la divinidad.
Abulafia dice que el Alma esta sellada, y esto se debe según el, en la vida cotidiana de los seres humanos, estos se llenan de las percepciones del mundo material que llenan e impregnan la mente de una multitud de imágenes y percepciones, llamadas por los antiguos filósofos “formas naturales”.
Todo este tipo de objetos que invaden la mente crea una función en la existencia del ser, que lleva la marca de lo “finito” en una palabra la confinación por la influencia del sistema sensorial, que finalmente gobierna su existencia.
Mientras estamos llenos de todos estos pensamientos, imágenes y sensaciones, no podemos percibir la existencia de las elevadas formas Espirituales o Divinas. Abulafia plantea la manera de ayudar el Alma a encontrar o percibir algo más que las formas naturales (sensoriales) sin que esta sea avasallada, inundada o diluida por la Luz Divina” Por consiguiente todo lo que ocupa el “yo” natural del hombre debe desaparecer o transformarse a fin de que ese “yo” natural, se vuelva trasparente cristalino, para la realidad “espiritual interna”
Abulafia entiende que la iluminación no puede ser un nuevo estado permanente sin los limites naturales que actúan como limites o diques protectores, para ello destina todo sus esfuerzo y tiempo a encontrar alguna forma que permita crear brechas o espacios en dichos limites o barreras y osar realizar incursiones constantes y progresivas sin llegar a perder del todo la conexión o contacto con el mundo consciente.
Abulafia sostiene que es preciso someterse a un estricto entrenamiento o practica que logre unificar los elementos dispersos en el ser humano y así mediante la fortaleza de tal unión desarrollar un alto grado de discernimiento, explica que debe haber una transformación en el hombre por dicho proceso hasta crear un espacio interior donde retenga o lleve consigo mismo la mayor parte del mundo cognoscible y la gran experiencia del mundo ignoto o incognoscible.
También agrega Abulafia que es necesario la creación de un espacio aparte y sin mezcla para guardar en él, aquellas formas espirituales cuya naturaleza es inefable e incognoscible a fin de poder descifrarla e incorporarla a su ser mediante otro proceso.
Abulafia le otorga una gran coherencia a su sistema cuando llega a comprender que no es preciso ni se puede penetrar un mundo dentro de otro mundo y explica que todos los mundos interiores forman parte del ser y que el viaje interior se debe realizar mediante una mente debidamente entrenada paso a paso hasta que tenga la capacidad de mirar en las mayores profundidades, donde habita la verdad fundamental o D”s.
De esta manera Abulafia ha venido elaborando su método o sistema. De esta manera se encuentra mirando en lo más recóndito buscando cada vez más, formas elevadas de percepción, que no bloquen el camino a los estados más profundos del Alma y que por el contrario le faciliten al acceso a ellas. Enseña como concentrar el alma en formas espirituales en extremo supremamente abstractas que no limiten o estorben en el proceso purificador del espíritu.
Abulafia se encuentra comprometido a encontrar una convención u objeto absoluto para contemplar o meditar en él, algo que tenga la capacidad de estimular el estado más profundo del Alma y liberarla de las percepciones (sensoriales) corrientes. Busca algo que pude ser desapercibido pero que puede llegar a adquirir la máxima importancia. Abulafia encontró ese instrumento o herramienta en el “Alephato hebreo” las letras que conforman su lenguaje escrito.
Lic. Josef Dainer